Iglesia: Paz debe ser sinónimo de respeto a ley, oportunidad para jóvenes, seguridad y salario justo

SANTIAGO.- La Iglesia Católica dominicana proclamó que la paz en el país debe ser sinónimo de respeto a la ley, reales oportunidades para la juventud, seguridad ciudadana y salarios dignos.
Plasma el criterio, en el editorial titulado “El llamado de Asís” del semanario Camino, en el que indica, que trabajar por la paz en esta nación, conlleva a luchar contra las causas que generan la violencia, entre ellas las desigualdades sociales, que califica de “irritantes”.


El medio escrito estará disponible este domingo en templos y negocios de impresos, y en el mismo la jerarquía católica criolla al referirse a la Ley, como uno de los pilares de la paz, considera que nadie puede colocarse por encima de la misma, sin que importe  la posición que ocupe en un partido o el gobierno de turno.    

“Abogamos porque “tengamos un país en donde nadie esté por encima de la ley, no importa la posición que ocupe en los partidos ni en el tren gubernamental”, señala.   

La Iglesia Católica dominicana explica, que “El llamado de Asís”, analiza la reciente reunión de religiosos de distintas creencias de todo el mundo, celebrada el pasado martes en esa ciudad de Italia.   
A esa población asistieron cristianos, musulmanes, judíos y autoridades de otros credos, para rezar por la paz, jornada iniciada en 1986, como iniciativa de San Juan Pablo II y que han continuado sus sucesores.

En el encuentro interreligioso plantearon, que entre los motivos que inducen a la guerra, están las ansias de poder y de dinero, la codicia de quienes comercian con las armas, los intereses partidistas y las venganzas del pasado.  
Criticaron que son estos grupos poderosos que comercializan las armas que impulsan la violencia que vive la humanidad.   
El papa Francisco, hablando como anfitrión, dijo que “la paz que invocamos desde Asís, no es una simple protesta contra la guerra, ni siquiera el resultado de negociaciones, compromisos políticos, o acuerdos económicos, sino resultado de la oración”.
Y remató su intervención apuntando, “buscamos en Dios, fuente de la comunión, el agua clara de la paz que anhela la humanidad: Ella no puede brotar de los desiertos del orgullo, y de los intereses particulares, de las tierras áridas del beneficio a cualquier precio y del comercio de las armas”.

POR HILARIÓN ISALGUÉZ

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