¿Momento de que la Iglesia tome nota de los Gobiernos haitiano y dominicano?

Santo Domingo, 14 feb (EFE). En medio de un momento de diálogo y reconciliación, que podría ser histórico para Haití y la República Dominicana, se ha dado un intercambio de afirmaciones entre el jesuita Mario Serrano y el cardenal y actual arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, que causaron revuelo.

El enfrentamiento entre ambos eclesiásticos viene causado por el problema migratorio y la sentencia que emitió en septiembre el Tribunal Constitucional dominicano, que establece los criterios para adquirir la nacionalidad, y afecta especialmente a nacionales con padres indocumentados.


Sin embargo, sorprende que mientras ambos evidencian su enemistad, los Gobiernos haitiano y dominicano han restablecido el diálogo y las buenas relaciones, habiendo mantenido dos encuentros bilaterales en la frontera, en los cuales se llegó a entendimientos.

En un video casero difundido recientemente por Noticias SIN, el cardenal arremetió contra Serrano, llamándolo "sinvergüenza" e "izquierdista", y además exigió a la Compañía de Jesús que lo hiciera callar.

El arzobispo de Santo Domingo es una de las voces que teme que República Dominicana asuma el peso de la crisis haitiana si no hay un control de la migración, mientras que el director de la Pastoral haitiana encabeza las reclamaciones de los afectados por la sentencia del Tribunal Constitucional que quieren que sus documentos les sean entregados.

En este sentido, Rodríguez criticó a su Gobierno por detener las deportaciones de indocumentados durante el proceso del Plan de Regularización de Extranjeros que está en marcha, decisión que se tomó precisamente para que todos tengan tiempo de regularizar su situación.

Desde que República Dominicana se independizó, el 27 de febrero de 1844, Haití se ha quedado muy por detrás por su inestabilidad económica y política, mientras que su vecino ha ido progresando.
Mario Serrano envió una carta, el pasado día 7 de febrero, al arzobispo dominicano que ha sido difundida por medios haitianos.

En ella, el sacerdote jesuita critica el "apoyo incondicional" de López Rodríguez a la decisión del Tribunal Constitucional, que él considera "injusta, inhumana y vergonzosa", y le recuerda lo que debería ser su trabajo.

"Como pastor de la Iglesia tiene por misión reunir al pueblo de Dios, no dividir; y usted no debería tener otra preferencia que aquellas para los más pobres, los olvidados, las personas sin votación, los excluidos de la sociedad, quienes son objeto de persecución".

Lo acusa de "tener una posición sectaria, cuyo fundamento racional y ética es muy dudoso".
"Monseñor, cuando los ataques contra la Iglesia vienen del exterior, esto es comprensible. Pero cuando son internos, es verdaderamente lamentable", dice en la misiva el sacerdote, y además añade: "Usted debe distinguir para ver si no actúa bajo la influencia de un espíritu maligno".
Se pregunta "qué testimonio puede dar al pueblo de Dios con esta postura", que asimila a la de "activistas políticos" que no respetan ninguna norma en materia de derechos humanos, e incluso le atribuye un 
"comportamiento xenófobo".
"Dios tenga misericordia de su eminencia, cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, que no sabe lo que ha hecho", finaliza la carta.

Los Gobiernos dominicano y haitiano tras cada uno de sus encuentros, el primero en enero y el segundo en febrero, han evidenciado un futuro esperanzador y trasladado la existencia de buenas relaciones entre ambos países, cuando recientemente se habían visto truncadas por la emisión de la sentencia.

Cabría recordar que el Evangelio urge a trabajar por la paz y a practicar el respeto, la justicia, la solidaridad, la fraternidad y la libertad. Precisamente ahora, la situación obliga de forma especial a que los clérigos plasmen estos ideales, infundiendo una actitud ejemplarizante en la población, según los expertos.

La sociedad merece pluralismo ideológico y cultural, tolerancia, y que impere un espíritu de convivencia fraternal, basada en el respeto y el diálogo, tal y como están mostrando los dirigentes de los países que comparten la isla caribeña de La Española, es decir, todo lo contrario a la confrontación. Quizá sea un buen momento para tomar nota y superar tensiones. EFE
Autor: Mercedes Zaragüeta
fuente el Nuevo Diario
Publicado 14-2-14

Comentarios