Padres de menores abusados presuntamente por sacerdote polaco piden justicia

Santiago (R. Dominicana), 17 feb (EFE).- Algunos ciudadanos y padres de los menores presuntamente abusados sexualmente por el sacerdote Wojciech Gil pidieron hoy a las autoridades dominicanas y polacas que se haga justicia, garantizar su enjuiciamiento y aseguraron que hay pruebas de los hechos que se le atribuyen.

El padre Alberto, como se le conocía en la localidad dominicana de Juncalito en la provincia de Santiago (norte del país) y párroco de la parroquia San Antonio de Padua, fue detenido hoy por la policía polaca en su casa familiar cerca de Cracovia, sur de Polonia.
Gil, acusado de abusar sexualmente de al menos tres menores, dirigía un programa social con al menos 180 niños.


Muchas personas al enterarse del arresto del religioso reaccionaron hoy con hermetismo y alegría.
"Yo nunca creí las acusaciones que se les hicieron al padre Alberto, todos los queríamos mucho, pero al escapar a su país y no regresar, ya creo que hay algo de verdad de lo que se dice de él", manifestó a Efe la activista católica Ramona Díaz.

En Juncalito, cuya población tiene una arraigada fe católica, sus residentes esperan que se haga justicia, "porque los abusos que cometió no pueden quedarse impunes".

Román Bonelly Rodríguez, padre de uno de los niños abusados, dijo a Efe que se querelló contra el padre Gil en la Fiscalía de Santiago y que ha esperado "pacientemente que se haga justicia".
"Me enteré que lo apresaron en Polonia, las autoridades dominicanas deben gestionar su extradición en el país para que se le juzgue aquí por los hechos que cometió", dijo.

Por su parte, Winston Rodríguez dijo a medios locales que su hijo de 14 años pertenecía al programa que dirigía el religioso polaco, pero que éste no fue abusado por el "cuidado y la vigilancia" que ejercía sobre su hijo.
"Cuando me decía que había un viaje a la playa ó al río con el padre Alberto, le prohibía que fuera", aseguró.

En Juncalito, muchas personas comentaron a Efe, bajo la condición de anonimato, que los pasos del sacerdote eran conocidos por una gran parte de los sectores de la comunidad, porque acostumbraba a salir a viajar con los adolescentes hasta Santiago, donde les compraba ropa y les hacía otros regalos.

Mientras, la religiosa Ana Lidia Rodríguez Adames dijo a medios locales que muchos de los menores presuntamente abusados por Gil han tenido que recibir terapia psicológica por los traumas que han sufrido.
Aunque solo los padres de tres de los menores presumiblemente abusados por Gil se querellaron formalmente en la Fiscalía de Santiago, deduce que la cantidad podría llegar a los 15.

Otras personas aseguraron que fueron muchos los menores abusados por el cura, pero que muchos de sus progenitores decidieron no querellarse para no exponer a sus hijos públicamente y de esa forma crearle menos traumas.
De probarse las acusaciones, el sacerdote podría pasar hasta doce años de prisión según la legislación de Polonia.
La Fiscalía de Varsovia pretende que Wojciech Gil comparezca mañana, cuando se decidirá si se prolonga o no su arresto.

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