Un mensaje a la cercanía, a la humildad, la misericordia, y a ir más allá de la simple celebración, fue lanzado ayer desde el imponente púlpito de la Catedral Primada de América por el obispo auxiliar de la Arquidió- cesis de Santo Domingo, monseñor Amancio Escapa.
El mensaje de Escapa fue dirigido a los obispos, a los pastores que deben dirigir el rebaño, luego de concluir ayer la procesión que concentró a miles de feligreses
que abarrotaron primero la iglesia de los Dominicos y luego de la caminata, la Catedral.
El martes 8 de este mes, el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y dio así inicio al Jubileo de la Misericordia, lo que fue emulado ayer por la Arquidiócesis de Santo Domingo, sus parroquias, sacerdotes y diáconos, con la apertura de la puerta santa. “Estamos celebrando la apertura de la Puerta Santa y la unión en toda la Iglesia por voluntad del Santo Padre, que ha querido que toda la Iglesia, el mismo día, al mismo tiempo, con sentido de comunión, se realice este gesto de abrir esta puerta santa que supone esta presencia de Jesús como comienza el Papa esa apertura del Jubileo de la Misericordia”, dijo.
Escapa dijo, ante una catedral abarrotada de gente que se desplazó desde la Iglesia de los Dominicos y que se sentó en el interior, en la explanada frontal y en el Parque Colón, que Jesucristo es el rostro de la misericordia.
“Pero creo que tenemos que ir un poquito más lejos o más cerca, que es abrir las puertas de nuestro corazón, y es en esa alegría y en ese gozo al que nos invita la Iglesia aceptar bien las bases y el fundamento sobre qué es lo que quiere el Papa a lo largo de este año, de este jubileo dedicado a la misericordia”, dijo.
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