José María
Pignatelli fue un jesuita español nacido en Zaragoza (España), en 1737. De
familia procedente de Italia, era hijo de Antonio Pignatelli de Aragón,
príncipe del Sacro Imperio Romano Germánico. Ingresó a la Compañía de Jesús y
se dedicó inicialmente a la enseñanza del catecismo a los niños y a los presos.
En 1767, se produjo la expulsión de los Jesuitas de España y sus territorios,
por mandato del rey Carlos III. Al Padre José Pignatelli y a su hermano
-también jesuita- se les ofreció poder quedarse en territorio español con la
condición de que renuncien a la Orden. Los hermanos no aceptaron tal propuesta
y prefirieron el destierro, por lo que fueron expulsados a la isla de Córcega.
Allí
permanecieron por un tiempo, hasta que las fuerzas militares francesas
invadieron la isla, y ambos fueron nuevamente expulsados. En 1773, el Papa
Clemente XIV, por presión de la corona española y sus aliados europeos, emitió
un decreto suprimiendo a la Compañía de Jesús. Como consecuencia,
aproximadamente 23 mil jesuitas fueron obligados a abandonar sus respectivos
conventos y monasterios. San José Pignatelli, junto con sus compañeros,
acataron la orden pontificia y durante los siguientes 20 años tuvieron que
vivir en la clandestinidad.
Posteriormente,
el Santo, con permiso del Papa Pío VI, se afilió a los jesuitas en Rusia y con
la ayuda de estos empezó a reorganizar la Compañía en Italia. José María,
mientras tanto, continuaba convocando nuevas vocaciones, las que enviaba a
Rusia para su formación y preparación. Entonces, el Superior Provincial jesuita
en Rusia lo nombró Provincial en Italia, con la aprobación del Papa Pío VII.
Así, la comunidad empezaba a renacer, aunque fuera a paso lento y en secreto.
El Santo oraba y trabajaba sin descanso para conseguir que la Compañía de Jesús
volviera a fortalecerse. En 1804, los esfuerzos de San José María Pignatelli
dieron fruto: el reino de Nápoles aceptó el regreso de los jesuitas expulsados.
No pasó
demasiado tiempo después cuando, con la generosa ayuda de muchísimas familias
europeas, Pignatelli logró reabrir varios conventos jesuitas en Roma, Palermo,
Orvieto y Cerdeña. En 1811, a pocos meses de conseguir la aprobación pontificia
para el restablecimiento de la Compañía de Jesús, el Padre José falleció. El 7
de agosto de 1814, el Papa Pío XI decretó la restitución de la Compañía de
Jesús en el mundo entero.
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