MARTES SANTO
Señor, tú me llamaste y me
elegiste, para anunciar tu salvación, perdoname por las veces que te he traicionado
y te he negado dándote la espalda, complaciendome a mismo; tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, no tomes encuenta mis pecados. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
30 DE MARZO
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