¿Cómo serán las exequias del papa Francisco?


Lo primero es decir que la misa será presidida por S.E.R Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y se usarán vestiduras litúrgicas rojas. En la procesión de entrada, tras los ciriales, la cruz, y los acólitos caminará el maestro de las Celebraciones Litúrgicas con un ceremoniero, que lleva un Evangeliario. Después es llevado el ataúd del papa. Tras el ataúd caminarán los diáconos que servirán en la misa, y los cardenales en función del orden cardenalicio al que pertenecen. La procesión la cerrará el decano del Colegio Cardenalicio. Servirá como primer ceremoniero el más antiguo de los ceremonieros pontificios. 


El ataúd del papa se colocará frente al altar, en el piso, viendo hacia el pueblo. A un lado se encontrará el cirio pascual. En cuanto sea dejado, un ceremoniero colocará el Evangeliario abierto sobre el ataúd.


La Misa se celebrará como de costumbre hasta la oración después de la comunión. Una vez rezada ésta, el decano se parará frente al altar y delante del féretro, y los demás cardenales y los patriarcas de las Iglesias Orientales se paran a los lados. Cuando todos estén en sus lugares a sus lugares, iniciará el rito de la “Ultima Comendatio et Valedictio”, cuando el cardenal decano invite a los presentes a orar. Tras un momento de silencio, se cantarán las Letanías de los santos.

Al concluir las letanías, el cardenal vicario para la Diócesis de Roma, frente al féretro, rezará una oración. Al concluir, viene la súplica de las Iglesias Orientales. Los patriarcas, arzobispos mayores y los metropolitanos de las Iglesias Orientales, cantarán la Panikhida, tomada del oficio de Difuntos de la Liturgia Bizantina. En un momento de este rito, un patriarca inciensará el ataúd mientras dice una oración.


Después, vendrá un momento de oración en silencio, tras el cual, el cardenal decano aspergeará e inciensará el féretro mientras se canta el responso.


Al final, el decano rezará una oración, tras la cual, se canta el “In Paradisum”. Cuando concluya el canto, los concelebrantes regresarán a la basílica, precedidos por la cruz y los ciriales. Detrás del cardenal decano caminará el maestro de las Celebraciones Litúrgicas con un ceremoniero, y tras ellos, los sedarios llevarán el féretro del papa difunto, mientras se entona el Magníficat. 


Después, el ataúd será llevado a la Basílica de Santa María la Mayor. Tras el canto de los salmos 113, 117, 41, y 15, el cardenal camarlengo rezará el último responso. Luego, será depositado el féretro en el sepulcro preparado. Ahí será aspergeada. El sepulcro se cerrará. Se cantará el Regina Coeli. Luego, el notario cabildo liberiano elaborará el acta en el que consta la sepultura del pontífice y lo lee frente a todos. El camarlengo, el maestro de celebraciones, y el regente de la Casa Pontificia firmarán el acta.


Posteriormente, según una antigua costumbre, por nueve días consecutivos se celebra la santa misa en sufragio por el pontífice difunto, “pues habiendo sido en vida mas grande que otros hombres, su necesidad de ellas podría ser también mayor después de la muerte”.

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