ORACIÓN
Señor, ten pieda de mí y dame el Espíritu Santo, portador de la paz, concédeme tu paz, que es la felicidad perfecta, la liberación de mis pecados y la vida eterna, tú que riges el mundo con justicia y gobiernas las naciones de la tierra. Amén.
DOMINGO VI DE PASCUA O DE LA EXPANSIÓN MISIONERA.-
Color blanco
MISA (A):
De la Feria; Gloria; Credo; Oración de los Fieles Propio; Prefacio V de Pascua; Plegarias Eucarística III; Bendición Solemne, no. 4.
LITURGIA DE LAS HORAS:
Invitatorio: Salmo 99; Himno: en I Vísperas Revestido de blancas túnicas, en Laudes Estaba al alba María y en II Vísperas Al fin será la paz y la corona; la Salmodia de Laudes y Vísperas, con sus antífonas, se hace del domingo II de las Semanas del Salterio y el resto del domingo VI de Pascua; en el Oficio e Intermedia todo es propio; si hay un ministro ordenado se hace la bendición solemne, no. 4.
LECTURAS DE MISA:
Hch 15,1-2.22-29;
Sal 66,2-3.5.6 y 8 (R/: 4);
Ap 21,10-14.22-23;
Versículo: Jn 14,23;
Jn 14,23-29.
OFICIO DE LECTURAS:
Bienal: 1 Jn 1,1-10.
Patrística:
Del Comentario de San Cirilo de Alejandría, obispo, sobre la segunda carta a los Corintios (Caps. 5, 5~6,2: PG 74,942-943);
Evangelio: Jn 20,1-18.
COMENTARIO A LAS LECTURAS DE LA MISA:
El Señor nos regala su paz. Si él nos la da es nuestra para siempre, nada ni nadie nos la puede arrebatar. Nos pertenece. La paz que proviene de él de una manera única y verdadera. La del mundo, a menudo, es un armisticio precario o una guerra fría. El que por amor hace caso de las palabras de Cristo es amado por el Padre y el Espíritu.
En el interior del creyente será «memoria del Señor» y maestro interior. He aquí que toda la Trinidad habita en el corazón del justo. Es la doctrina luminosa de la inhabitatio Trinitatis. Si Jesús no hubiera ido hacia el Padre no tendríamos estos dones, por ello, debemos alegrarnos de que vaya hacia el Padre. La verdadera paz se manifiesta en la nueva Jerusalén (segunda lectura), donde los dos testamentos han sido superados, ya que «los fundamentos llevan el nombre de las doce tribus de Israel». Del mismo modo como las puertas llevan el nombre de los doce apóstoles. Todos están delante del trono del Cordero.
En el fragmento de los Hechos se confirma que la paz dentro de la Iglesia se construye en el diálogo fraterno, pero también exige renuncias. Nunca un partido tendrá toda la razón y la otra no tendrá ninguno. Hay que valorar las posiciones de la parte contraria y no absolutizar las propias. Hay ciertos problemas en la Iglesia que sólo se resuelven en la oración y en la obediencia y, si no es posible la unidad de las opiniones, siempre ha sido posible la unidad en el amor. No hay que olvidar que las palabras de Jesús inspiran la oración por la paz de la Iglesia, previa al ósculo de la paz, que nos prepara para recibir la sagrada comunión.
CALENDARIOS PARTICULARES:
Rito Hispano Mozárabe:
Domingo VI de Pascua (blanco).
Comentarios
Publicar un comentario