SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES



          SOLEMNIDAD 


                  ORACIÓN


Dios Padre todopoderoso, en esta Solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, columnas de Iglesia, concédeme la gracia de poner en práctica tu palabra, combatir bien mi combate hasta llegar a la meta, para recibir la corona de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO.-  

Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles


Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Como reza el prefacio de esta celebración: «Pedro fue el primero en confesar la fe, Pablo, el maestro insigne que la interpretó; aquel fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, este fue maestro y doctor en la vocación de los gentiles. Ambos, en tiempo del emperador Nerón, sufrieron el martirio en Roma: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano; Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense.


Color rojo

 

MISA (B): 

Propio del día; Gloria; Credo; Oración de los Fieles Propio; Prefacio Propio; Plegaria Eucarística III; Bendición Solemne, no. 22.


LITURGIA DE LAS HORAS: 

Invitatorio: Salmo 94; en el Oficio de Lectura: Te Deum; Todo se hace de la Solemnidad y del Común de los Apóstoles; los Salmos de Intermedia se hacen del Domingo I de las semanas del Salterio; si hay un ministro ordenado se hace la bendición solemne, no. 11. 


LECTURAS DEL DÍA: 

Hch 12,1-11;

Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9 (R/: 5b);

Tim 4,6-8.17-18;

Aleluya: Mt 16,18;

Mt 16,13-19.

OFICIO DE LECTURA: 

Lectura Bíblica:

Gál 1, 15—2, 10: Encuentro de Pedro y Pablo en Jerusalén.

Patrística:

De los sermones de san Agustín, obispo: Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto.


COMENTARIO A LA LECTURAS DE LA MISA:

En un momento crítico del ministerio de Jesús, propiamente fuera del territorio palestinense, en Cesarea de Filipo, el Señor escucha la profesión de fe de Pedro. Sobre su fe (y la de los discípulos), el Señor puede edificar su Iglesia dándole -por el ministerio de los apóstoles- los medios de salvación. Desde ahora ya puede ir a Jerusalén, a la cruz. El nombre de Simón, el primer apóstol, es cambiado por el nombre de Pedro, que significa «piedra». Es la roca de la fe apostólica, el primado de Pedro, en el sentido eclesiológico más profundo y esencial.La segunda lectura está dedicada al testamento espiritual de Pablo. Toda su vida queda contenida en aquello que escribe: es como la síntesis gloriosa y humilde de la vida del siervo del Señor. Ha sido una vida entregada, ofrecida («Yo estoy a punto de ser derramado en libación»): el bello combate de la paz y del evangelio ha terminado, la carrera ha llegado a la meta, y él ha conservado el don más grande (su fe). El apóstol termina la carta con una doxología que, en cierto modo, es su última palabra a la Iglesia (nosotros). Es la victoria sobre la muerte, es la vida de la fe que suspira por la vida divina.


FAMILIA PAULINA: 

Solemnidad de San Pablo, apóstol (rojo). 


BERNABITAS: 

Fiesta de San Pablo, apóstol (rojo)

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