SÁBADO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO.-



SAN ANDRÉS KIM TAEGON, PRESBITERO, Y SAN PABLO CHONG HASANG Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES 


                       ORACIÓN 


Oh Dios, creador y salvador de todos los hombres, que en Corea, de modo admirable, llamaste a la fe católica a un pueblo de adopción y lo acrecentaste por la gloriosa profesión de fe de los santos mártires Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos por su ejemplo e intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo,  tu Hijo. Amén.

SÁBADO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO.-

Memoria de San Andrés Kim Taegon, presbítero, de San Pablo Chong Hasang, y compañeros, mártires.


Color rojo.


MISA (D): 

De la Memoria; Oración de los Fieles VI; Prefacio II de los Santos Mártires; Plegaria Eucarística II.


LITURGIA DE LAS HORAS: 

Invitatorio: Salmo 94; en el Oficio de Lecturas la primera lectura se hace del sábado XXIV del Tiempo Ordinario y la segunda lectura de la Memoria; todo se hace del sábado IV del Salterio y la oración conclusiva de la Memoria.


 LECTURAS DE LA MISA: 

1Tim 6, 13-16;

Sal 99,1-2.3.4.5 (R/: 2c);

Aleluya: Cfr Lc 8,15;

Lc 8, 4-15.


OFICIO DE LECTURA: 

Año 1:

2 Re 15,1-5.32-35; 16,1-8.

Patrística:

De la última exhortación de san Andrés Kim Taegon, presbítero y mártir: La fe 

es coronada por el amor y la perseverancia.


Comentario a las Lecturas de la Misa:

Se proclama la versión lucana de la parábola del sembrador. El sembrador no se cansa de esparcir la Palabra, consciente de que no todas sus simientes crecerán a causa de 

causas externas y/o internas: por lo que viene de fuera como fascinación y seducción, por lo que viene de dentro (la incapacidad de responder generosamente a Cristo). Lucas termina la perícopa con estas palabras: «Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando». Es una bella descripción de los seguidores de Jesús, y no es para un día o un tiempo, sino para toda la vida. La Madre de Dios es 

la tierra humilde, moldeada por el Espíritu Santo y fecunda gavilla que ha dado el fruto de sus entrañas: Jesús, nuestro Señor y Salvador. Ella ha dado «el ciento por uno» 

(número de plenitud). Tampoco hay que 

olvidar que la semilla de la Palabra de Dios será sepultada y resucitará gloriosa para la vida eterna, y por el Espíritu hará florecer de santidad el campo de la Iglesia. Son las flores de Pascua.


CALENDARIOS PARTICULARES: 

Rito Hispano Mozárabe: 

Memoria libre de Santa Cándida, virgen y mártir (rojo).

Después de nona: Comienza la celebración litúrgica del XVII Domingo del Tiempo Ordinario.

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