La infancia de Jesús es una devoción que se extiende a muchos países en el mundo, pero gracias a un sacerdote salesiano y su gran amor por el Divino Niño, la celebración en muchos países de Latinoamérica tomó como fecha el 20 de julio.
La devoción a la infancia de Jesús fue difundida por varios santos como San Cayetano y San Antonio de Padua, a quién se le apareció en una ocasión el Divino Niño. A ambos se les retrata llevando en sus brazos al Niño Jesús.
Otros santos que contribuyeron a difundir la devoción al Niño Jesús son Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, quienes la extendieron entre los carmelitas.
Además, ha motivado varias representaciones, como el Niño Jesús de Praga, en Checoslovaquia; el Santo Niño de Atocha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia; y el milagroso Niño Jesús de Bogotá, en Colombia.
Historia de la
Devoción
En el año 1935 llegó
el Padre Salesiano Juan del Rizzo al barrio “20 de julio”, al sur de Bogotá,
una región muy solitaria y abandonada en aquellos tiempos. Le habían prohibido
emplear la Imagen del Niño de Praga porque una asociación muy antigua reclamaba
para ella el derecho exclusivo de propagar esa imagen. El Padre del Rizzo
estaba convencido de que a Dios le agrada mucho que honremos la infancia de
Jesús, pues así lo ha demostrado con innumerables y numerosos milagros. ¿Si
otros niños son tan inocentes y tan dignos de ser amados, cuánto más lo será el
niño Jesús? Además recordaba muy bien la promesa hecha por Nuestro Señor a una
santa: ” Todo lo que quieres pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada
te será negado si te conviene conseguirlo”. Así que no desistió de propagar la
devoción al Divino Niño pero dispuso adquirir una nueva imagen.
Se fue a un almacén de
arte religioso llamado “Vaticano”
propiedad de un artista italiano, y le encargó una imagen bien hermosa
del Divino Niño. Le prestaron una imagen bellísima, el padre la llevó para sus
solitarios, desérticos y abandonados campos del “20 de julio”. Ahora empezaría
una nueva era de milagros en esta región.
Esta es un de las
imágenes más hermosas y agradables que han hecho de nuestro Señor. Con los
brazos abiertos como queriendo recibir a todos. Con una sonrisa imborrable de
eterna amistad. Atrae la atención y el cariño desde la primera vez que uno le
contempla. Allí a su alrededor se han obrado y se siguen obrando maravillosos
favores, para quien no conozca los prodigios que obtiene la fe parecerían
fábulas o cuentos inventados por la imaginación, pero que son muy ciertos para
quienes recuerdan la promesa de Jesús ” Según sea tu fe así serán las cosas que
te sucederán”.
El Padre Juan comenzó
a narrar a las gentes los milagros que hace el Divino Niño Jesús a quienes le
rezan con fe y a quienes ayudan a los pobres, y empezaron a presenciarse
prodigios admirables: enfermos que obtenían la salud, gentes que conseguían
buenos empleos o estudio para los niños, o casa o éxito en los negocios.
Familias que recobraban la paz. Pecadores que se convertían. Y cada persona que
obtenía un favor del Divino Niño Jesús se encargaba de propagar su devoción
entre amigos y conocidos.
¿Quiére que su vida
cambie y mejore por completo? No deje pasar ninguna semana sin leer una página
de la sagrada Biblia.
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